María Santísima de la Candelaria

Y dijo Dios: “hágase la Luz”; y en las manos de Antonio Rubio modeló las mejillas de la Candelaria.

Extracto del Pregón de la Semana Santa de Córdoba de 2010, escrito por D. Antonio Javier Guillaume Sepúlveda.

María Santísima de la Candelaria es una imagen de candelero, obra del artista cordobés Antonio Rubio, tallada en el año 1974 para su inclusión como titular mariana de la Hermandad del Huerto tras su refundación, viniendo a sustituir a la antigua talla de la Virgen a la que los hermanos del Huerto dirigieron sus plegarias durante buena parte del siglo XX, la Virgen de los Dolores Gozosos.

La Virgen de la Candelaria continúa los preceptos de la imagen de la Dolorosa neobarroca, claramente influido por el prototipo de la dolorosa castiza. Mujer morena, en la línea de la mujer de Julio Romero de Torres, tan propia del cordobés barrio de la Axerquía; boca y ojos expresivos, ofreciendo mayor dramatismo al momento expresado, y a su vez, completando la escena, manos que gesticulan expresando el dolor de una madre que observa atentamente la Pasión de su Hijo [1].


[1] PÉREZ JIMENEZ, F. Agonía y Oración. En AAVV. Semana Santa en Córdoba. Córdoba:Publicaciones de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba-Cajasur, 1995, pp. 64-75.

Por su parte, la advocación de María Santísima de la Candelaria, viene a recuperar una de los más singulares nombres con los que se ha llamado a María en la religiosidad popular cordobesa de siglos pretéritos. Bien nombra Ramírez de Arellano [2] la existencia de la Ermita de la Candelaria, monumento que aún hoy en día se conserva en la Calle Candelaria, calle por la que anualmente transita cada mes de Enero el Rosario matutino de nuestra Titular.

Pero no en vano, la advocación de la Virgen de la Candelaria se hace eco de la primera espada que el anciano Simeón predijera en el templo el día de la Presentación de Jesús en el templo, episodio de los Evangelios que se ha puesto de manifiesto en numerosas obras artísticas de iconografía mariana [3].


[2] RAMIREZ DE ARELLANO Y GUTIERREZ, T. Paseos por Córdoba, T. I. Imprenta D. Rafael Arroyo. Córdoba, 1875, p. 216.

[3] MORENO CUADRO, F. Primera Espada. La predicción de Simeón. EnMORENO CUADRO, F. La Pasión de la Virgen, Córdoba: Publicaciones Obra Social y Cultural Cajasur, 1994, p.21.

Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, según está escrito en la ley del Señor que “todo primogénito sea consagrado al Señor”, y para ofrecer en sacrificio, según la ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones.

Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba en él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Cristo del Señor. Movido del Espíritu Santo, vino al templo, y al entrar los padres con el Niño Jesús, para cumplir lo que prescribe la ley sobre El, Simeón le tomó en sus brazos, y bendiciendo a Dios, dijo: Ahora Señor, puedes dejar ir a su siervo en paz, según tu palabra, porque han visto mis ojos tu Salud, la que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para la iluminación de las gentes, y gloria de tú pueblo, Israel.

Su Padre y su Madre estaban maravillados de las cosas que decían de Él. Simeón los bendijo y dijo a María, su Madre: Puesto que está para caída y levantamiento de muchos en Israel y para blanco y contradicción; y una espada atravesará tu alma, para que se descubran los pensamientos de muchos corazones.

(Lc. 2, 22-40)

Conforme a lo establecido en nuestras Reglas, para mayor gloria de nuestra Dolorosa, cada año tiene lugar un Rosario matutino por las calles del barrio de la Axerquía, así como un Triduo, Función principal y Besamanos, coincidiendo con la festividad de nuestra Titular, el día 2 de Febrero.

María Sta. de la Candelaria
María Sta. de la Candelaria
María Sta. de la Candelaria