Salve, excelsa luz cegadora,
niña hebrea de San Francisco,
de la Axerquía Reina y Señora.
Ante ti, postrados de rodillas,
Madre de Dios veladora,
te rogamos y rezamos,
oh, Santa Corredentora.
Aurora de la mañana,
llama del Espíritu Santo,
auxilia y guía a tus hijos,
alivia la pena y el llanto.
Amarrados a la cruz,
compártenos tu dolor,
y haz de nuestro Getsemaní,
una alianza eterna de amor.
Oh, dulce Virgen Candelaria,
Estrella resplandeciente,
Amparo del sufrimiento,
rescátanos del desierto,
y haz madurar el fervor,
al Señor de la Columna,
y a Jesús Orante en el Huerto. Amén.
(Rafael Fernández Bretones. XXXIII Exaltación)
V/. El Ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te Salve María…
V/.He aquí la Esclava del Señor.
R/.Hágase en mí según tu palabra.
Dios te Salve María…
V/. El verbo se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te Salve María…
V/. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Infunde, Señor tu gracia en nuestros corazones para que cuantos, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su pasión y su cruz lleguemos a la gloria de su resurrección.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.