Historia: Antecedentes a la actual refundación
La Semana Santa en la ciudad de Córdoba es sin duda una de las costumbres más arraigadas en el calendario popular de la ciudad. A pesar de los diferentes avatares que la Conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristoha sufrido en nuestra ciudad, deberíamos remontarnos a los siglos XVI y XVII para encontrar los orígenes de las Cofradías Penitenciales. Cofradías como la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de las Angustias o la del Santo Crucifijo comenzarán a desarrollarse ya bien entrado el siglo XVII [1].
Concretamente, será este momento de auge pasionista, cuando comience el largo caminar de nuestra Hermandad. En pleno siglo XVII, concretamente en el 1607, las cuentas tomadas al Hermano Mayor del momento, Juan Guerrero dan buena cuenta de gastos en cera y en flor para la Cofradía de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de Loreto, con sede en la Parroquia de San Nicolás de la Axerquía [2].
Pero para testimoniar de manera documental la aceptación y consolidación de nuestra Hermandad, debemos recurrir a tiempos del Obispo de Córdoba D. Marcelino Siuri, que, en 1720, vendrá a hacer efectiva la institución de la Hermandad del Huerto [3].
Con el traslado de la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto al Convento de los Franciscanos –actual Iglesia de San Francisco y San Eulogio-, vendrá a incorporarse a la nómina de Titulares la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Penas, imagen que representará el martirio de Cristo flagelado y atado al fuste de una columna, talla a la que estaría muy unido el gremio de los curtidores y guadamecileros. Advocación ésta de Nuestro Padre Jesús de las Penas para la imagen del actual Señor Amarrado a la Columna que nos lleva a hablar de una singular anécdota en el Domingo de Ramos cordobés de la actualidad; y es que, son tres las imágenes, que tienen, o han tenido esta advocación, concretamente los Titulares de Cristíferos de la Hermandad de las Penas de Santiago y de la Hermandad de la Esperanza, así como, por supuesto, nuestro Señor Amarrado a la Columna.
[1] ARANDA DONCEL, J., “El movimiento cofrade Andalucía: La trayectoria de las hermandades penitenciales cordobesas durante los siglos XVI al XVIII”. Confraternite, Chiesa e Societá. Aspetti e problema dell´associazionismolaicaleeurope in età moderna e contemporánea. Fasano di Brindisi, 1994, pp. 249-265.
[2]ARANDA DONCEL, J: Trayectoria Histórica de la Semana Santa de Córdoba, en Córdoba: Tiempo de Pasión. Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, CajaSur; Córdoba, 1991, p. 74.
[3] MURILLO ROJAS, J: La Pastoral de los Obispos y las Cofradías, en Córdoba: Tiempo de Pasión. Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, CajaSur; Córdoba, 1991, pp159-170.