El Señor ha resucitado
y nos invita a volver a Galilea.
Dejar Jerusalén, el sepulcro,
salir a la vida.
Galilea no es el paraíso de vacaciones.
Es el lugar donde se dan palabras de aliento,
se expulsan demonios,
se combaten fanatismos,
se da de comer al hambriento,
se lucha por la justicia.
Aún cuando tengamos las dudas de Tomás,
veamos oscuridad e imperfección,
nos queda la confianza en Ti, Señor.
En Galilea resucitamos
porque resucitan con nosotros.
Vivimos porque lo hacemos por
y junto a los demás.
Galilea es un destino,
también una red de caminos
que nos conducen al Reino.
Galilea es Pascua,
y Pascua es Vida.