Haz que la violencia de los hombres
sea vencida por tu mansedumbre
y que el sufrimiento incomprensible, amparado en la fe,
se convierta en instrumento de paz y salvación.
Oración de la VI Estación del Vía Crucis de San Juan Pablo II, Jesús es flagelado y coronado de Espinas.
Iconográficamente, la imagen representa a Cristo con las manos atadas a la argolla de la columna sobre la que recibe su castigo, flagelado, cansado y abatido por los duros golpes que los malhechores de la época recibían sobre el frío patíbulo, destacando su estudio anatómico. Su mirada, elevada al cielo, nos muestra una profunda aceptación del sufrimiento que conmueve profundamente a todo aquel que se acerca a la Capilla de nuestros titulares o que puede presenciar su paso por las calles cordobesas en la noche del Domingo de Ramos.
¡Miren a mi elegido,
al que he llamado a mi servicio!
ÉL cuenta con mi apoyo;
yo mismo lo elegí,
y ÉL me llena de alegría.
He puesto en ÉL mi espíritu
y hará justicia entre las naciones.